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Con ilusiĆ³n y esfuerzo se pueden derribar muchas barreras.

Con ilusión y esfuerzo se pueden derribar muchas barreras.

                                    

Si se echa un vistazo al currículum laboral y deportivo de Fernando Riaño, uno se da cuenta de que hay pocas cosas en la vida que se le resistan. Fernando sufre una discapacidad visual severa, pero eso, no le ha impedido ser Licenciado en Derecho y Filosofía por la Universidad de Navarra, ni ser el número uno en el MBA (Máster Bussines Administration) en la Universidad de Comillas. Tampoco le ha frenado a la hora de proclamarse Campeón de España de Duatlón, ni para subirse en Madrid al primer cajón del podio de la Copa del Mundo de Triatlón. Y es que este burgalés va derribando todas las barreras que encuentra a su paso con una receta muy sencilla, a la vez que complicada: esfuerzo, constancia e ilusión.
¿Cómo comenzó su hábito por el deporte?
Empiezo con el ciclismo y el atletismo. Corría maratones, pero por el tema de la vista tuve que dejar la competición. Entonces entré en contacto con el deporte para ciegos, en la ONCE. Comencé con el tándem y después de pasar unas pruebas, nos convocó la selección española.
¿Cuándo empieza siente el apoyo de tu familia?
Siempre me han apoyado. Ellos son los que sufren todo esto, porque hay que desplazarse y también exige la comprensión y la participación en muchos casos de nuestra familia.
¿Qué preparación sigue?
Es bastante complicado compaginar el deporte de alta competición y mi trabajo, por eso durante la semana hago rodillo, que es muy aburrido. Entreno después del trabajo, pero a veces llego tarde a casa y también hay obligaciones familiares.
¿Cómo conoció a Javier García, su pareja en las carreras?
En la selección española de ciclismo en tándem. Fue ahí cuando empezamos a entrenar juntos bastantes veces y nos entendimos muy bien desde el principio, tenemos el carácter parecido. Además, los dos prácticamente medimos y pesamos lo mismo y a la hora de ir en tándem es importante, porque la coordinación siempre es mejor.
¿Cómo se pone de acuerdo con su compañero para entrenar?
Cuando dependes de otra persona aumenta la dificultad. Entrenamos juntos únicamente sábado y domingo, entre semana lo hacemos solos. Requiere mucha disciplina y bastante esfuerzo y renuncia.
¿Por qué cambia a triatlón?
Los dos somos aficionados al deporte, pero no sólo la bici, sino también a correr. Además, la natación es un ejercicio que lo puedo hacer yo solo en una piscina.
Sin embargo, su primer triunfo fue en Duatlón, ¿fue una sorpresa?
Por supuesto, debutamos en el Nacional de Duatlón en Gijón, con la intención de prepararnos para la Copa del Mundo de triatlón, pero resultó que nos salió una prueba magnífica y logramos la victoria. Fue algo muy bonito, a la vez que inesperado. Sufrimos mucho, porque a parte de nuestro debut, los rivales eran de mucha calidad. Lo afrontamos con mucha tranquilidad porque había mucho margen de mejora.
¿Cómo vivieron el éxito en la Copa del Mundo?
Era nuestra primera carrera oficial en triatlón, íbamos con muchas dudas, pero con la mentalidad de ser humilde. Cuando estás en el podio te acuerdas de todas las personas que te han ayudado y de todas las dificultades que te encuentras día a día y, por supuesto, de la familia.
¿En qué parte del triatlón se encuentran más cómodos?
Donde mejor vamos es encima de la bicicleta, es donde recuperamos tiempo y sacamos ventaja a nuestros rivales. Hemos estado juntos en la selección española de ciclismo en tándem y hemos sufrido a la vez que disfrutado de muchas horas juntos de entrenamiento.
¿Corren dentro de la infraestructura de algún equipo?
Estamos federados, corremos por Madrid y por nuestra cuenta, pero estamos barajando correr en algún equipo para el próximo año. Ahora estamos patrocinados por Spiuk y estamos en conversaciones con alguna que otra marca. Me gustaría contar con un patrocinador de Burgos.
¿Cuál es su máxima para lograr tantos éxitos?
Con ilusión y esfuerzo se pueden derribar muchas barreras. Por razones personales y por mi enfermedad de la vista, que es degenerativa, siempre he tenido que convivir con el esfuerzo permanente. Los que sufrimos alguna discapacidad tenemos que luchar en muchos casos el doble para conseguir lo mismo, pero tenemos la ventaja de saber que tienes que luchar con el máximo esfuerzo y con mucha ilusión.
Una vez que se proclama vencedor de la Copa del Mundo, ¿tiene más presión?
Es un tema curioso, tenemos el Campeonato de España de Almería en Agosto y estamos con más responsabilidad que en otras ocasiones. Los rivales saben que eres el rival a batir y eso te crea una responsabilidad. Pero para nosotros, el deporte no deja de ser un hobbie que nos ayuda a liberar la tensión que se acumula con el día a día. Tratamos de reírnos y divertirnos.
¿Siente que ha tocado techo?
Siempre hay algún reto. Nunca he participado en unos Juegos Paraolímpicos y me haría mucha ilusión correr con la camiseta de España en Londres. Javier y yo no somos profesionales y competimos contra corredores de otros países, que se dedican específicamente al deporte.
¿Están las personas con discapacidad lo suficientemente integradas en la vida laboral?
Esto no está haciendo más que empezar. Existe un gran reconocimiento desde el punto de vista de la organización, del esfuerzo, aunque no existe ni por asomo igualdad con las personas que no sufren una discapacidad, eso es un camino que queda por recorrer. En España somos afortunados porque asociaciones como la ONCE o el CPE han hecho un camino para que esto se normalice. Confiamos en que se produzca una equiparación entre los deportistas con discapacidad y sin discapacidad
¿Y a nivel laboral?
Uno echa la mirada atrás y se da cuenta que hemos recorrido un camino que era impensable hace unos años. Queda mucho por hacer, pero soy muy optimista. Tiene que ser algo normal ver a alguien con una discapacidad estudiar y trabajar.
¿Qué cree que hay que cambiar para mejorar la situación de las personas con discapacidad?
Las grandes barreras que quedan por superar no son físicas, sino mentales, hay que huir de los estereotipos. Es un tema que no lo debemos enfocar como un problema, si no como una oportunidad.